Como suele pasar a menudo, la rutina y los horarios nos pasan por encima y en ocasiones es más práctico realizar nosotros las tareas que el enfermo de Alzheimer podría hacer por sí mismo. Siempre será preferible tomarnos nuestro tiempo levantándole antes si es necesario, para que el afectado de Alzheimer pueda mantener todo el grado de independencia posible manteniendo así gran parte de su dignidad y autoestima.
El cuidador debe fomentar la autonomía haciéndole sentir útil y necesario dejando que colabore en sus rutinas: Tendido de cama, vestido, aseo, peinado, afeitado….No pasa nada si después hay que rematar la actividad. Es esencial mucha paciencia y evitar cambios bruscos. El orden y las rutinas fijas también ayudarán al enfermo a sentirse más seguro en cada paso a realizar. También podremos ayudarle a recordar el siguiente paso a seguir proponiéndole realizar la siguiente tarea. El seguimiento de la actividad es fundamental, sin agobiarle ni criticarle. En caso de bloqueo, mejor distraer la atención y proponer dedicarnos a otra cosa antes de volver a lo anterior.
Los cuidados en el domicilio siempre conllevan mucha más tranquilidad a la hora de llevar a cabo las actividades de la vida diaria. El adulto mayor se sentirá mucho más seguro y relajado en un ambiente conocido y con el mismo cuidador siempre que sea posible.